Caricia es una alternativa para la depilación. Surge como una respuesta a un detalle que, aunque sutil, revela una gran desigualdad en el diseño de productos: las cuchillas femeninas suelen tener exactamente la misma forma que las masculinas, a pesar de que estas están pensadas originalmente para afeitar la cara o la mandíbula. Sin embargo, en el caso de las mujeres, estas cuchillas se pueden llegar a usar para otras zonas más dificiles de acceder en una ducha como axilas, brazos, piernas e incluso zonas íntimas. Basándonos en esto, y pensando especialmente en el gesto de la caricia, diseñamos una nueva forma que plantea una nueva experiencia de depilación.
Para la sujeción, nos surge una forma que recuerda a un lazo o incluso a unas trompas de Falopio. Esta cabecilla permite insertar dos dedos y se adapta al movimiento natural de la mano: es capaz de girar en todas direcciones, facilitando el acceso a distintas zonas del cuerpo sin forzar la postura. Por lo tanto, usarlo implica depilarse con la palma de la mano estirada, lo que cambia por completo la postura durante la depilación. Por su tamaño y disposición, las yemas de los dedos pueden notar la superficie de la piel mientras uno se afeita, detectando si hay bello o no e incluso facilitando la predicción de la forma de la superficie de aquello que querramos afeitar.
Una de las ventajas más importantes de esta nueva gestualidad es que facilita la depilación en la dirección del vello. Con las cuchillas convencionales, por ergonomía, tendemos a depilarnos a contrapelo, algo que no es recomendado por dermatólogos y que puede causar irritación. Caricia, en cambio, nos conduce a afeitar en la dirección del bello con un movimiento natural, así permite un afeitado más amable con la piel.
Las cuchillas son intercambiables, lo que hace del producto un objeto duradero y pensado para acompañarte por mucho tiempo. No es una herramienta de un solo uso: es un diseño que busca generar una relación diferente con el cuerpo y con el cuidado personal.
Esta es una propuesta que observa el cuerpo con atención y propone una nueva forma de habitar ese momento partiendo simplemente de un cambio de gesto: la caricia.
Para la sujeción, nos surge una forma que recuerda a un lazo o incluso a unas trompas de Falopio. Esta cabecilla permite insertar dos dedos y se adapta al movimiento natural de la mano: es capaz de girar en todas direcciones, facilitando el acceso a distintas zonas del cuerpo sin forzar la postura. Por lo tanto, usarlo implica depilarse con la palma de la mano estirada, lo que cambia por completo la postura durante la depilación. Por su tamaño y disposición, las yemas de los dedos pueden notar la superficie de la piel mientras uno se afeita, detectando si hay bello o no e incluso facilitando la predicción de la forma de la superficie de aquello que querramos afeitar.
Una de las ventajas más importantes de esta nueva gestualidad es que facilita la depilación en la dirección del vello. Con las cuchillas convencionales, por ergonomía, tendemos a depilarnos a contrapelo, algo que no es recomendado por dermatólogos y que puede causar irritación. Caricia, en cambio, nos conduce a afeitar en la dirección del bello con un movimiento natural, así permite un afeitado más amable con la piel.
Las cuchillas son intercambiables, lo que hace del producto un objeto duradero y pensado para acompañarte por mucho tiempo. No es una herramienta de un solo uso: es un diseño que busca generar una relación diferente con el cuerpo y con el cuidado personal.
Esta es una propuesta que observa el cuerpo con atención y propone una nueva forma de habitar ese momento partiendo simplemente de un cambio de gesto: la caricia.
Caricia (meaning “caress” or “soft touch” in spanish) is an alternative approach to hair removal. It emerges as a response to a subtle yet revealing detail in product design: women’s razors are often shaped exactly like men’s, even though the original form was designed for shaving the face or jawline. In contrast, women may use these same razors to shave areas that are much harder to reach in the shower, such as underarms, arms, legs, and even intimate areas. With that in mind—and especially by thinking about the gesture of a caress—we designed a new shape that reimagines the hair removal experience.
For the grip, we arrived at a shape that resembles a bow or even fallopian tubes. This headpiece allows you to insert two fingers and naturally follows the movement of the hand: it can rotate in all directions, making it easier to reach different parts of the body without straining your posture. Using it means shaving with your palm extended, which completely changes the posture during hair removal. Because of its size and position, the fingertips can feel the surface of the skin while you shave, helping you detect whether there’s hair or not, and even anticipate the shape of the area you're working on.
One of the most important advantages of this new hand gesture is that it encourages shaving with the direction of hair growth. Conventional razors, due to their ergonomy, often push us to shave against the hair, a practice not recommended by dermatologists, as it can cause irritation. Caricia, on the other hand, naturally guides the hand to move in the same direction as hair growth, offering a much gentler shave for the skin.
The blades are interchangeable, making the product durable and built to stay with you over time. This is not a disposable tool—it’s a thoughtfully designed object meant to foster a different kind of relationship with your body and your self-care routine.
This is a proposal that looks at the body with care, and offers a new way to inhabit that moment—by simply changing the gesture: the caress.
Diseño de producto
Product design
Laia Poy
Marta López
Product design
Laia Poy
Marta López
SS 2025